Ojos y piel amarillenta. ¿Cuándo hay que preocuparse?

Si te miraste en el espejo y de repente notaste unos ojos amarillos, esta cosa podría despertar sorpresa y sobre todo miedo. Sin embargo, antes de dejarse vencer por el miedo y el alarmismo insensato, conviene comprender si se trata de un problema que ha llegado de repente o si desde hace algún tiempo se percibe algo inusual, como un lento amarilleo de las pupilas.

Seguramente los ojos amarillos son síntoma de algo que no está funcionando bien en nuestro cuerpo, pero como se mencionó anteriormente, entrar en pánico es inútil. Lo primero que debe hacer, si el problema persiste y si la piel también ha adquirido un color amarillento, es hablar con su médico ya que todo podría deberse a un mal funcionamiento del hígado. Es muy probable que su médico le recete análisis de sangre para realizar, incluidos análisis de hígado. Si hay otros síntomas como dolor abdominal y pérdida de peso, informe a su médico, quien podrá aconsejarle. En el peor de los casos pueden causar enfermedad hepática grave, páncreas, obstrucción biliar, pancreatitis o cirrosis hepática.

En el caso de que solo los ojos tuvieran pequeñas manchas amarillas entonces es posible que la esclerótica haya cambiado, probablemente también debido a alergias o enrojecimiento repentino debido a diversos factores (viento, champú en los ojos o cuerpos extraños en el interior). En otros casos, podría ser el resultado de un pequeño aumento fisiológico del colesterol o las transaminasas que debe controlarse con análisis de sangre simples.

En cualquier caso, el consejo es contactar con su médico a tiempo y con antelación, quien podrá indicarle las pruebas adecuadas para averiguar qué puede no funcionar bien.

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